Henri Matisse - Danza I - 1909 (Hermitage, San Petersburgo) |
Este magnífico cuadro está considerado uno de los exponentes del fauvismo. Es una obra que representa a cinco personas de ambos sexos bailando en círculo, como si de una danza tribal se tratara. Refleja el incipiente gusto del pintor por el arte primitivo y por el desnudo, elemento presente en su extensa obra. Destaca los cromatismos cálidos de los cuerpos contra el frío fondo azul y verde. Se le ha querido buscar un simbolismo al uso de esos tonos concretos: el rojo de los cuerpos evoca la vida, el azul el cielo y el verde la naturaleza. Por lo tanto, estamos ante un paso más allá de los cuadros bucólicos decimonónicos. El cuadro a menudo se relaciona con la «Danza de las Jóvenes» del famoso ballet con música de Ígor Stravinski.
Valse triste, Op. 44, No. 1, es una corta obra orquestal en forma de vals, escrita por el compositor finlandés Jean Sibelius. Originalmente formaba parte de la música incidental que compuso para la obra teatral Kuolema (Muerte), cuyo autor era su cuñado Arvid Järnefelt. Sibelius escribió seis piezas para la producción de Kuolema, estrenada el 2 de diciembre de 1903. La primera de ellas llevó por título Tempo di valse lente - Poco risoluto.
Es de noche. El hijo de la anciana se duerme cansado de velar, junto a la cama de su madre. Se empieza a oír una música imprecisa y lejana que pronto se aclara en ritmo de vals. La enferma se levanta. Llama en todas direcciones y aparecen hombres y mujeres emparejados para el baile. Se mezcla con ellos y llama su atención, pero ninguno le hace caso. Le fallan las fuerzas y cae rendida. Un esfuerzo y un nuevo intento de ser advertida, pero en vano. Llaman a la puerta, ésta se abre y la anciana da un grito de horror. Desaparecen los fantasmas (las parejas). Cesa la música y en la puerta… La Muerte.
Jean Sibelius - Valse Triste Op. 44
Este famoso cuadro de Matisse, expuesto en el Museo del Hermitage de San Petersburgo, a menudo se relaciona con la «Danza de las Jóvenes» del famoso ballet con música de Ígor Stravinski “La consagración de la primavera”. Yo, sin embargo, cada vez que lo veo, rememoro este vals de Sibelius.
ResponderEliminar