GiambattistaTiepolo - El Olimpo, o Triunfo de Venus - 1761-64 (El Prado, Madrid) |
Pintura
La composición es muy simple y está dominada por una línea zigzagueante situada en el mismo plano del espectador, casi como si de una obra de caballete se tratara. En el boceto dominan los tonos crema y blanco lechosos de las figuras desnudas. Tiepolo consigue formidables vibraciones de color gracias a toques sueltos de tonos muy intensos, como los rojos y azules del guacamayo rojo situado en la parte baja o el sombrero de Mercurio en la parte alta y, en general, en pinceladas sueltas de rojos y dorados en las telas que cubren los personajes.
Música
Todos los contemporáneos se mostraron de acuerdo en que el día del estreno de La belle Hélène (La bella Helena) fue “un gran éxito”, “un éxito sin precedentes”. Fue “una velada triunfal”, “un triunfo legendario”. En los días que siguieron al estreno la prensa se mostró más reservada. La crítica de ‘La Vie Parisienne’ aplaudía la alegría franca, espiritual, la música descollante, pero también se quejaba un poco de la pobre religión griega ridiculizada.
ACTO II
Helena invoca a su padre carnal Júpiter en el retrato de familia con mamá Leda, pero este, recalcitrante, a pesar de su flexible cuello de cisne, mantiene cerrado el “benigno pico” Ni siquiera Venus le contesta, aun cuando Helena pregunta en persona qué se piensa la diosa que no deja de hacer experimentos con esa familia (Invocación a Venus)
Helena invoca a su padre carnal Júpiter en el retrato de familia con mamá Leda, pero este, recalcitrante, a pesar de su flexible cuello de cisne, mantiene cerrado el “benigno pico” Ni siquiera Venus le contesta, aun cuando Helena pregunta en persona qué se piensa la diosa que no deja de hacer experimentos con esa familia (Invocación a Venus)
Jacques Offenbach - No. 11 Invocation à Vènus - La Belle Hélène
La visita de un príncipe troyano, Paris, vino a alterar la paz del hogar de los reyes espartanos. Prendada de la apostura del visitante, Helena accedió a huir con él a Troya. La lógica ira del marido abandonado constituye el origen, como es sabido, de la guerra de Troya. Todos los príncipes griegos, empezando por el micénico Agamenón, hermano de Menelao, y siguiendo por Aquiles, Ayante, Ulises…, embarcaron en una flota de mil naves con destino a la ciudad gobernada por Príamo.
ResponderEliminar