Reseñas biográficas de pintores (M - Q)

 

D. Mackellar (1849-1908), pintor de género y retratos, y acuarelista escocés.

D. Maclise (1806-1870), pintor irlandés de escenas literarias e históricas, retratista e ilustrador, cuyas obras se distinguen por sus poderosas cualidades intelectuales e imaginativas, pero un tanto empañadas por lo áspero y sin brillo de sus coloraciones, por la dureza metálica de las superficies y las texturas, y por los frecuentes toques teatrales en la acción y las actitudes de las figuras.

F. Madrazo K. (1815-1894), pintor español, se convirtió en el gran retratista romántico de la alta sociedad madrileña y un personaje destacado en la vida cultural e intelectual de Madrid.

R. de Madrazo (1841–1920), pintor español, los temas de su obra son fundamentalmente retratos, así como escenas de costumbres, siempre alegres y optimistas. Su realismo minucioso y elegante y el refinamiento en las calidades decorativas de su pintura constituyen la clave de su éxito entre la clientela burguesa de su tiempo.

R. Magritte (1898-1967), pintor surrealista belga. Conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, pretendía con su trabajo cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno. Dotó al Surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras, poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y uno real.

H. Makart (1840–1884), pintor de historia academista austriaco, diseñador y decorador. Es más conocido por su influencia sobre Gustav Klimt y otros artistas austriacos, pero en su propia época fue considerado como artista importante y fue una celebridad en la cultura elevada de Viena.

V. Maksimov (1844–1911), pintor realista ruso, destaca por sus escenas de género, las escenas campesinas y retratos. Formado contra el academicismo y promotor del arte social, reflejando la vida cotidiana, campesina y de los pobres.

K. Malévich (1878-1935), pintor ruso, creador del suprematismo, uno de los movimientos de la vanguardia rusa del siglo XX, promovía la abstracción geométrica y el arte abstracto, en búsqueda de la supremacía de la nada y la representación del universo sin objetos. El suprematismo fue un movimiento artístico enfocado en formas geométricas fundamentales (en particular, el cuadrado y el círculo)

E. Manet (1832-1883), enmarcado dentro de la corriente realista, fue una figura central dentro de la renovación de la pintura francesa y occidental de finales del siglo XIX. A pesar de no haber pertenecido al movimiento impresionista, la técnica y la temática de sus obras se convirtieron en referentes imprescindibles para la generación de pintores jóvenes que se decantaron por esta corriente. Su pintura evolucionó desde su inicial estilo tenebrista, de inspiración española, a una más luminosa, centrada por primera vez en la vida urbana moderna.

A. Mantegna (ca. 1431–1506), pintor del Quattrocento italiano. La figura humana clásica será una de sus obsesiones, y reflejará en sus obras cuerpos de perfectas proporciones, sólidos y de gran expresividad. De hecho aunque, tras independizarse de Squarcione, logró perfeccionarse en el dibujo de figuras del natural, siempre defendió la perfección y hermosura de las buenas estatuas de la antigüedad; pensaba que los maestros de la Antigüedad combinaban en una única figura las perfecciones (que rara vez se daban juntas en un único individuo), dando lugar a ejemplares incomparables de belleza. Todo esto fue influyendo en su estilo.

S. Martini (h.1284–h.1344), pintor italiano. Fue el creador más destacado de la escuela sienesa después de Duccio, y el mejor intérprete del estilo gótico en la pintura italiana. Desarrolló de manera muy personal la linealidad del estilo de su maestro y le añadió un gran interés por los efectos de perspectiva, reflejo de las tendencias vigentes en la época.

Masaccio (1401–1428), pintor italiano encuadrado en el periodo del Quattrocento. Si bien sus temas solían adaptarse a los protocolos iconográficos de la época, fue capaz de trabajar con temas convencionales de una manera innovadora y muy sofisticada.

J. Matejko (1838-1893), considerado como el mejor pintor de historia polaco de todos los tiempos, es célebre por sus obras en las que representa grandes personajes y acontecimientos de la historia polaca.

H. Matise (1869–1954), está considerado el máximo representante del fauvismo. Destacó a lo largo de su vida en pintura, escultura, arte gráfico y collage, pasando a la historia como una de las grandes figuras del arte del siglo XX. La utilización del color muy contrastado y la influencia de la escultura africana son característicos de sus primeros años. A partir de la década de 1920 se impone en su obra una serena sensualidad y una mirada a la tradición en la que lo ornamental va cobrando una mayor presencia.

H.C. McBarron (s. XIX), pintor estadounidense.

J.-L.-E. Meissonier (1815–1891), pintor, escultor y academicista francés. Se especializó en la pintura de historia de temática militar y es famoso por sus representaciones de Napoleón, sus ejércitos y los temas militares. Documentó asedios y maniobras. Gozó de gran fama en vida y fue aclamado por la maestría y el detallismo de su pintura.

A. Menzel (1815- 1905), pintor alemán famoso por sus pinturas a menudo inspiradas en la historia, considerado el más importante exponente del realismo pictórico del siglo XIX en Alemania. Junto con Caspar David Friedrich, está considerado uno de los dos artistas alemanes más destacados del siglo XIX, y fue el artista de más éxito en su época en Alemania. Adquirió gran importancia como pintor de retratos en la corte de Federico el Grande, actividad que le reportó el mayor reconocimiento social.

G. Metsu (1629-1667),  pintor neerlandés de la época barroca, cuya producción pictórica se caracteriza por la realización de interiores con figuras, aunque también plasmó alguna escena de exterior con mercados, así como algún asunto religioso y retratos.

A.F. van der Meulen (1632–1690), pintor y dibujante flamenco. En su primera etapa realizó pintura de género e historia de pequeño formato, en la que refleja asuntos políticos y militares. Su estilo se caracteriza por una técnica libre, de rápidos toques, con grandes contrastes de la luz. Sabe dotar a sus figuras de un movimiento espontáneo, utilizando en primer término decoración a base de follajes y campos abiertos en los fondos.

J.G. Meyer (1813–1886), pintor alemán especializado en escenas bíblicas, campesinas y familiares.

J. Miel (h.1599–1664), pintor y grabador de origen flamenco. Documentado en Roma, formó parte de la corriente de los bamboccianti o bambochantes, dedicado a la realización de pequeñas escenas de género en las que reflejó el ambiente callejero de Roma y sus alrededores. Será no obstante, el responsable de la evolución del género, al potenciar el desarrollo de la anécdota en perjuicio del paisaje, como pintor, principalmente, de figuras.

J. E. Millais (1829-1896), creó junto a Rossetti y Hunt la Hermandad Prerrafaelita que trabajó en este estilo admirador de los primitivos italianos del Quattrocento, mostrando un marcado interés por renovar el arte inglés encorsetado en la temática de paisajes y en el retrato.

J-F. Millet (1814-1875), pintor francés realista. Destaca por sus escenas de granjeros campesinos, donde quiere expresar la inocencia del hombre campesino en contraposición a la degradación que acompaña al ciudadano inmerso en la sociedad industrial. Se le incluye en los movimientos realista y naturalista.

J. Miró (1893-1983), pintor, escultor, grabador y ceramista español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. En su obra reflejó su interés en el subconsciente, en lo "infantil" y en su comunidad autónoma. En un principio mostró fuertes influencias fauves, cubistas y expresionistas, pasando a una pintura plana con cierto aire naïf.


J. de Momper el Joven (1564-1635), también conocido como Josse de Momper, fue uno de los más importantes paisajistas flamencos entre Pieter Brueghel el Viejo y Pedro Pablo Rubens. La influencia de Brueghel es evidente en muchos cuadros de Momper.

P. Mondrian (1872–1944), pintor vanguardista neerlandés, miembro de De Stijl y fundador del neoplasticismo. Se internó en la abstracción y llega a un estilo en el que se autolimitó a pintar con finos trazos verticales y horizontales. Rechazaba las cualidades sensoriales de textura, superficie y color y redujo su paleta a los colores primarios eliminando toda línea curva y pintando únicamente líneas y ángulos rectos.

C. Monet (1840-1926), pintor francés, uno de los creadores del impresionismo. Cézanne aludió a la capacidad del artista para captar objetiva e inmediatamente la realidad. Sin embargo, su proceso creativo iba más allá de la observación directa de la naturaleza, y empleaba la memoria visual como recurso imprescindible para el acabado de sus composiciones. Las imágenes que se forman en la memoria son percepciones, igual que las determinadas por la visualización de las cosas, y entre ambas puede surgir una nueva concepción de la imagen pictórica de la realidad.

Th. Moran (1837-1926), pintor estadounidense, auténtico “artista de las montañas” perteneciente a la escuela del río Hudson. Su visión del paisaje del Oeste estadounidense fue vital para la creación del Parque nacional de Yellowstone.

G. Moreau (1826–1898), pintor francés. Su obra muestra una clara preferencia por los temas históricos, bíblicos y mitológicos, siempre desarrollados de forma inquietante y evocadora, a través de la recreación de atmósferas exóticas, a menudo orientales, y del dramatismo de las escenas. Destaca también su particular sentido del color, especialmente llamativo por sus brillos dorados.

J.-M. Moreau (1741–1814), pintor y grabador francés, uno de los mejores ilustradores del neoclasicismo. Solía trabajar con dibujos tomados del natural, mostrando la sociedad de su época con un estilo elegante y veraz, de armoniosa representación.

W.J. Morgan (1847–1924), pintor e ilustrador británico que produjo numerosos dibujos para revistas ilustradas.

B. Morisot (1841-1895), pintora impresionista francesa. Fue relegada a la categoría de artista femenina por su temática de la vida cotidiana (mujeres, niños y escenas domésticas). Sin embargo, como mandaba la doctrina impresionista, pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal. Como mujer de la alta burguesía, estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un amplio círculo de mujeres y niños, ya que el mundo masculino les estaba vetado.

W. Sidney Mount (1807–1868), pintor de género estadounidense, contemporáneo de la Escuela del río Hudson. Comenzó como un pintor de cuadros de historia. Cultivó también el retrato y con el tiempo derivó hacia la representación de escenas de la vida cotidiana. Se le recuerda sobre todo por estas últimas escenas costumbristas, que reflejan la vida estadounidense de mediados del siglo XIX y se han convertido en prototipo de la forma de vida americana.

A. Mucha (1860–1939), pintor y artista decorativo checo, ampliamente reconocido por ser uno de los máximos exponentes del Art Nouveau. Produjo una gran cantidad de pinturas, pósteres, avisos e ilustraciones así como diseños para joyería, alfombras, empapelados y decorados teatrales (litografías)

J. Muhr (1819–1865), pintor alemán. Se especializó en los temas históricos y la pintura de género.

Ch.-L. Muller (1815–1892), pintor francés, fecundo en su producción de lienzos sobre temas históricos y retratos, prestó gran atención a los rostros y expresiones de sus personajes. Por ello, siempre iniciaba sus obras con la realización de estudios extensivos (dibujos o pinturas) de las partes expresivas del cuerpo (cara, manos, posiciones) antes de preocuparse por la ropa y la decoración.

E. Munch (1873-1944), pintor y grabador noruego. La estilización de la figura, la prolongación de las líneas y, en ocasiones, el intenso dramatismo y la intensidad cromática, hicieron de su estilo pictórico uno de los modelos estéticos del expresionismo de las primeras décadas del siglo XX.

M. Munkácsy (1844–1900), pintor húngaro. Pintó grandes escenas bíblicas, retratos y escenas del interior parisiense. No se adhirió al impresionismo emergente en esos años en París.

B.E. Murillo (1617- 1682), pintor español, fue persona inteligente y despierta, dotado de una profundidad intelectual que le permitió traducir en pintura el universo religioso y el ámbito social que le envolvía con serena amabilidad y pausada percepción; sosiego y bondad parecen ser virtudes que emanaron de su temperamento, las cuales, unidas a una notoria sensibilidad artística, le permitieron ser perfecto intérprete de los ideales religiosos y sociales de su época.

P. Nash (1889-1946), considerado el principal artista inglés de la primera mitad del siglo XX y, sin discusión, el gran pintor de guerra del país. Su visión enfatiza los efectos dantescos del belicismo y, sin mostrar apenas seres humanos, logra transmitir la destrucción y crueldad. Tras el final de la primera guerra mundial, radicalizó sus postulados surrealistas con paisajes sombríos, representaciones de monolitos y formas asimétricas, encuentros inesperados de osamentas, flores y piedras.

Ch.J. Natoire (1700–1777), pintor francés de estilo rococó. Pintor de la gracia, la voluptuosidad y la alegría de vivir. Su pincelada era cálida y sensual, por lo que resultaba demasiado blanda para temas históricos, y también resultaba demasiado frívola para temas religiosos.

C. Netscher (ca. 1639–1684), pintor barroco holandés, especializado en pintura de gabinete y retratos. Influido por ter Borch y los llamados «fijnschilders», los pintores preciosistas de la escuela de Leiden, prestó progresiva atención a las texturas de las telas y otros detalles elegantes con los que caracterizará también a los protagonistas de sus retratos, habitualmente también de pequeño formato.

H. Nisbet (1849–1923), pintor y escritor escocés. A los 16 años de edad viajó a Australia por espacio de 7 años, lo cual marcó su trayectoria artística.

Ni Zan (1301-1374), pintor chino. Destaca su naturalidad y fluidez en el trazo, su originalidad. Se caracterizó de sus contemporáneos por ser particularmente tranquilo y exigente, cualidades que quedaron plasmadas en su arte. En sus pinturas (generalmente paisajes) usó elementos moderadamente, dejando grandes áreas del lienzo intactas. Sus obras se distinguen por una sombría quietud y a menudo poseen una cabaña rústica, unos cuantos árboles u otros indicios de vegetación.

A. Norieri (1860-1898), pintor americano, sus obras reflejan su fascinación por las vías fluviales de Nueva Orleans y la gran variedad de barcos que las surcaban.

J. O'Connor (1830–1889), artista irlandés, fue pintor de escena principal en el Teatro Haymarket. Se hizo popular entre la familia Real y produjo dibujos de muchas ceremonias.

M. Oppenheim (1913-1985), artista y fotógrafa suiza que de la noche a la mañana, se convirtió en un icono del movimiento surrealista, pero tanta fama repentina casi terminó por destruir a la joven y rebelde artista.

M. Oppenheimer (1855–1954), pintor austriaco. Realizó retratos, composiciones religiosas y representaciones de la vida de su tiempo (deportes, medicina...)

M. Orazi (1860–1943), pintor, ilustrador, afichista y decorador italiano del llamado Art Nouveau. Dejó cierto número de afiches destacados en la publicidad, de ilustraciones para obras literarias, de decorados para la opéra y el cine, así como de diseños de joyas.

E. Orlik (1870–1932), pintor, litógrafo y grabador checo que vivió durante el Imperio austrohúngaro. De origen judío fue miembro del movimiento conocido como Secesión de Viena, considerándose como uno de los representantes del Art Nouveau.

A. van Ostade (1610–1685), pintor y grabador neerlandés. Alcanzó una gran popularidad con sus escenas de género, en las que se refleja la vida de los campesinos de la época, en particular sus momentos de diversión: bailes, escenas de taberna, juegos, etc. Su estilo, imbuido de naturalismo y expresividad, evolucionó desde unos comienzos dominados por las tonalidades marrones y los contrastes de claroscuro hacia una etapa final de colorido más alegre y luces menos contrastadas.

J.B. Oudry (1686-1755), pintor y grabador francés, es conocido y valorado por sus abundantes pinturas de animales, sobre todo escenas de caza. Su atenta presencia en las cacerías en el bosque de Compiègne para tomar apuntes del natural nada significaría sin su destacable habilidad decorativa y su fino sentido del color. Asimismo, deben citarse sus paisajes y sobre todo sus retratos.

F. Overbeck (1789-1869), pintor romántico alemán, perteneciente al movimiento de los nazarenos. Se dedica principalmente a los cuadros religiosos, pues su intención era renovar el género. Todas sus obras están marcadas por el fervor religioso, estudio cuidadoso y una ejecución seca, severa, de colores poco intensos.

A. Palamedesz (1601-1673), retratista y pintor de obras de género de la edad de oro holandesa.

S. Palmer (1805-1881), pintor inglés, desarrollará una mística religiosidad, trabajando en paisajes cargados de simbolismo cristiano. Se convertirá en líder de un grupo de jóvenes artistas llamados los Antiguos tremendamente influidos por la poesía de Blake. Estuvo dos años en Italia -pintando paisajes cercanos al naturalismo romántico- y a su regreso a Londres se acercó en sus obras a los gustos académicos del momento.

L. Paret y Alcázar (1746–1799), pintor español, de estilo muy personal, más cercano al rococó de Watteau que al neoclasicismo que empezaba a imponerse con autores como Mengs. Su temática es muy variada: paisajes, escenas de interior, retratos, escenas mitológicas, bodegones de flores, etc.

J.D. Parks (1907-?), pintor, litógrafo, escultor, educador afroamericano.

J. Paterno (s.XX), es una artista argentina contemporánea, conocida por el uso de colores vibrantes, delicadamente distribuidos en lienzos de obras figurativas y naturalezas muertas.

J.N. Paton (1821-1901), pintor escocés, estuvo influido por el estilo prerrafaelista y se convirtió en un pintor cuyos tópicos eran principalmente de historia, de hadas, temas alegóricos y religiosos.

P. Picasso (1881-1973), figura excepcional como artista y como hombre, fue protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento, se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un exultante y contagioso goce de la vida.

E. Pieters (1856–1932), pintor holandés, conocido principalmente por paisajes e interiores. En su primera época, pintó en su mayoría naturalezas muertas y paisajes en un estilo que estaba relacionado con los antiguos maestros holandeses.

A.E. Pinchart (1842–1924), pintor francés especializado en escenas de género y retratos, que siguió la tradición de representar una idealizada visión de la vida durante la Belle Epoque.

A. Pinkham (1847-1917), pintor estadounidense, autor de cuadros de temática romántica con temas shakesperianos y de la epopeya bíblica, paisajes y pequeños óleos con el mar como protagonista.

C. Pissarro (1830-1903),  pintor impresionista, se le considera como uno de los fundadores de ese movimiento, vivió casi toda su vida fuera de París y fue básicamente un pintor de paisajes o de escenas rurales, y uno de los primeros en practicar con convicción la pintura al aire libre.

H. Pleuer (1863–1911), pintor impresionista y paisajista alemán conocido por sus pinturas de los Ferrocarriles Estatales de Royal Württemberg. Llevó un estilo de vida bohemio, pintando desnudos y escenas de la vida nocturna local, hasta que quedó fascinado con la tecnología industrial y el "Rausch der Geschwindigkeit" (Emoción de la velocidad), y se volvió a la pintura ferroviaria.

J. Pontormo (1494–1557), pintor renacentista italiano, destacó tanto en la temática sagrada como en el retrato, interesándose especialmente por las vestimentas y las poses. Será uno de los primeros maestros del manierismo, interpretado de una manera muy personal.

N. Poussin (1594-1665), pintor y dibujante francés, fue el fundador y máximo representante de la pintura clasicista francesa del siglo XVII. La lógica, el orden y la claridad fueron virtudes esenciales en su trabajo y ha influido de manera decisiva en el devenir del arte de ese país hasta nuestros días. Su creencia de que el arte debe atraer a la mente más que al ojo —debe presentar las situaciones humanas más nobles y serias de manera ordenada, desprovista de detalles triviales o referencias sensibles— se convirtió en el dogma del estilo academicista francés del siglo XVII.

F. Pradilla (1848-1921), pintor español, director del Museo del Prado de 1896 a 1898, fuera de las corrientes de las vanguardias históricas e inscrito en un estilo romántico tardío, nunca faltó a una extraordinaria calidad, que lo situaba entre los maestros españoles más sobresalientes del último tercio del siglo XIX y principios del XX.

I. Pryanishnikov (1840–1894), pintor, dibujante, grabador, ilustrador y profesor ruso, uno de los fundadores de la cooperativa artística Peredvizhniki. Realizó obras del Realismo Crítico, de género y escenas de caza. Trabajó en una serie de pinturas que representan episodios de la guerra napoleónica y el cerco de Sebastopole en la Guerra de Crimea.

E.F. Prynne (1854–1921), artista británico, asociado con los Prerafaelitas, se constituyó como un exitoso pintor de retratos y figuras, con un instinto especial para el género popular de la pintura de hadas.

F. du Puigaudeau (1864–1930), pintor postimpresionista francés, su pintura estuvo influenciada por los pintores del grupo de coloristas de Pont-Aven, aunque nunca se sumó al movimiento impresionista. Apodado Picolo por sus amigos, le gustaban las escenas nocturnas y las atmósferas crepusculares (fuegos artificiales, puestas del sol, parques de atracciones). Durante la última parte de su vida, se pasó a los paisajes soleados.

P. Puvis de Chavannes (1824–1898), pintor del simbolismo francés, acabó por convertirse en un pintor de enorme prestigio, al que se le encomendaron las principales decoraciones murales de su tiempo. Sus formas simplificadas y su falta de profundidad espacial ejercieron una gran influencia en los postimpresionistas y en los simbolistas, de quienes se considera un precursor.

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