Johannes Vermeer - El arte de la pintura - c. 1666 (Kunsthistorisches Museum, Viena) |
Pintura
La mujer que aparece aquí no es una alusión a la pintura sino que se trata de la personificación de Clío, la musa de la Historia, representada como una mujer vestida con falda amarilla y manto de seda azul, que sostiene en su mano izquierda un libro y en la derecha un trombón. La escena se desarrolla, como viene siendo habitual en el maestro, en un interior, posiblemente el propio taller del artista, aunque la sala en la que Vermeer ha dispuesto la escena no tiene mucho que ver con el estudio de un pintor al mostrar el suelo con losas de mármol, ricos muebles, el tapiz o el mapa en la pared. Sobre la mesa hallamos diversos objetos: un libro erguido, un cuaderno abierto, paños de seda que caen hacia delante, una máscara. En la zona de la derecha se sitúa el artista de espaldas, vistiendo a la antigua, ante un lienzo casi en blanco, en el que está pintando la corona que cubre la cabeza de Clío. Un pesado cortinaje se abre en la zona de la izquierda, aportando teatralidad a la composición, como si el espectador la hubiese corrido para poder contemplar la escena, rompiendo con la intimidad del momento. La luz penetra por la ventana e impacta en la pared, donde podemos observar un amplio mapa de los Países Bajos, realizado por Claes Jansz Vischer hacia 1692 en el que se representan las diecisiete provincias de los Países Bajos antes de la firma del Tratado de Westfalia.
Música
El Concierto para cuerdas y bajo continuo en Re mayor, RV 121, pertenece al conjunto de conciertos de Vivaldi conocido como ‘Conciertos de París’. El receptor más probable de esta serie de conciertos fue Jacques-Vincent Languet, comte de Cergy, que sirvió como embajador francés en Venecia de diciembre de 1723 a octubre de 1731. También pudieron ser preparados para un visitante francés en Venecia, perteneciente al círculo del embajador. Los doce primeros conciertos, a los cuales pertenece el No. 10, RV 121, forman un conjunto que, según el uso de la época, se compilaban para ser editados o vendidos de esta forma.
Este concierto puede clasificarse como un ‘concerti a quattro’, es decir, un concierto para un conjunto de cuerda estándar de la época, sin la participación de solistas. Vivaldi dejó más de cuarenta conciertos de este tipo. La mayoría de ellos estarían destinados a ser interpretados por un conjunto de mujeres, en los conciertos que seguían a los servicios religiosos en la capilla del the Ospedale della Pietà, la casa en la que el compositor sirvió, de forma intermitente, entre 1703 y 1740.
Antonio Vivaldi - III. Allegro - Concierto para Cuerda y Bajo Continuo, en Re Mayor, RV 121
¿Sabías que el bajo continuo es la parte de la armonía de una composición musical formada por los sonidos más graves? Este bajo ininterrumpido sirve de acompañamiento instrumental en una composición y sobre cuya base se improvisan armonías, generalmente en un instrumento de teclado.
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