DESDE EL ALMA – Religiosidad -Año IV. Nº 235

Bartolomé Murillo - La Inmaculada Concepción de Soult - 1678  (El Prado, Madrid)

Murillo creó una fórmula de gran éxito para la representación de la Inmaculada, con la Virgen vestida de blanco y azul, las manos cruzadas sobre el pecho, pisando la luna y con la mirada dirigida al cielo. Al mismo tiempo le otorga un claro impulso ascensional que la sitúa en un espacio celestial lleno de luz, nubes y ángeles. Así aunaba dos tradiciones iconográficas: la de la Inmaculada y la de la Asunción. La de los Venerables se distingue de la mayoría de las Inmaculadas de Murillo por su actitud triunfante y el acusado movimiento de ascensión y por carecer absolutamente de sus atributos tradicionales.

El Ave María escrita por el compositor romántico francés Charles Gounod en 1859, consiste en una melodía superpuesta sobre el Preludio Nº 1 en Do mayor, BWV 846, del Libro I de El clave bien temperado, que había sido compuesto por Juan Sebastián Bach unos 137 años antes.

Gounod se distinguió como uno de los más prolíficos y respetados compositores franceses, destacando tanto en su obra operística como en la religiosa. De la primera producción sobresale su Fausto y de la religiosa su inmortal Ave María. En esta última faceta se encuadra también el himno que compuso para la Ciudad del Vaticano. Su vida personal fue de gran religiosidad hasta el punto de haber querido convertirse en sacerdote.

Charles Gounod / Johann Sebastian Bach - Ave Maria