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Claude Monet - Camille Monet vestida con ropas japonesas - 1876 (Museo de bellas Artes, Boston) |
Pintura
Usando un formato de retrato a gran escala, Monet creó una obra virtuosa de color brillante que también es un comentario ingenioso sobre la moda del momento en París en torno a lo japonés. La mujer que aparece envuelta en un espléndido kimono y rodeada de abanicos es la esposa del artista, Camille, que usa una peluca rubia para enfatizar su identidad occidental. La pared está repleta de abanicos con decoración japonesa.
Música
No sólo la reiterada ironía, la comicidad y la buena puntería actual con su relieve exótico hacen de The Mikado, estrenada el 14 de marzo de 1885 en el Teatro Savoy de Londres, una obra maestra. Estos rasgos sólo se destacan a través de un acontecer escénico rehurtado, pero siempre motivado consecuentemente con agudezas. Los autores salvan la dramaturgia, a menudo arbitraria de las operetas medianas, gracias a una astuta huida hacia adelante haciendo de la arbitrariedad verdadero motor de la extraña acción escénica, la arbitrariedad de un déspota exótico. Sólo que no llama a escena acontecimientos fortuitos arbitrarios de toda la sociedad, sino formas de trato mecanizadas tanto en la vida pública como en la íntima, lo que puede dar de pensar al público europeo que asimismo sufre por eso, sin poder achacar las causas a un tirano extranjero, muy lejano.
Desesperados, Poo-Bah y Pitti Singh insisten en que Ko-Ko debe seducir a Katisha para que ésta interceda por ellos ante el Mikado.
Muy a regañadientes, porque Katisha es fea y vieja, Ko-Ko acaba por acceder, y logra en efecto seducirla y casarse con ella. Katisha se presenta ante el Mikado, y ruega clemencia al mismo. El Mikado objeta que han matado a su hijo, momento en el cual Nanki-Poo (y Yum-Yum) hace aparición y desvela que no está muerto, dado que su
ejecución nunca fue llevada a cabo. El Mikado parece por fin dispuesto a perdonar a Ko-Ko, Poo-Bah y Pitti-Singh, pero de nuevo objeta que como lo había engañado, deben ser ejecutados. Sin embargo, Ko-Ko interviene y argumenta que, dado que cuando el Mikado condena a alguien a muerte éste puede darse por muerto, todo condenado es de
facto un muerto, por lo que al decir que Nanki-Poo, que estaba condenado, estaba muerto en realidad no estaban mintiéndole. El Mikado acepta esta interpretación, y todos terminan casándose y felices (Canción de Katisha, de Ko-Ko y dueto)
Arthur Sullivan - Canción de Katisha, de Ko-Ko y dueto - The Mikado
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