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| Henri Rousseau - Sorpresa desagradable - 1901 (Fundación Barnes, Filadelfia) |
Pintura
Rousseau abordó con frecuencia el tema del conflicto en el mundo natural. Sus "pinturas de la selva" a gran escala están plagadas de luchas violentas entre animales salvajes (leones, tigres, caballos) en paisajes exóticos y lujosos. Aquí, un cazador rescata a una bañista desnuda de un oso de garras afiladas, que parece emerger de las rocas de abajo. La figura curvilínea permanece quieta en un tranquilo gesto de rendición, mostrando las palmas de las manos sucias, mientras el hombre dispara su arma a la bestia. La pintura se lee en principio como una escena clásica de "damisela en apuros". Y, sin embargo, cuanto más cerca se mira, más extraña se vuelve la imagen y más difícil resulta descifrar la narración. ¿Por qué la mujer no parece particularmente asustada? ¿Por qué se representa al cazador en una escala tan pequeña? Quizás Rousseau pretendía mostrar una fantasía sobre inocencia primigenia en conflicto con la tecnología moderna.
Música
Der Alte Brummbär (El viejo oso gruñón), polka cómica para fagot y orquesta, Op. 210, fue escrita por Julius Fucik en 1907. La obra fue compuesta originalmente para orquesta de cuerdas pero ha dado lugar, a lo largo del tiempo, a numerosos arreglos para orquestas y banda.
Julius Fucik nació en Praga y estudió fagot en el conservatorio de la ciudad con el legendario Ludwig Milde (quien escribiera estudios técnicos que son utilizados hoy en día por los concertistas de este instrumento) Estudió composición con Antonín Dvorák, y su producción suma cerca de trescientas obras, la mayoría piezas cortas de estilo ligero, coloristas, bien escritas y en muchos casos inspiradas.
Fucik - Der Alte Brummbär, polka op. 210
Las composiciones de Fucik para fagot solo incluyen un Concertino, y esta deliciosa Polka con su humor más bien pesimista. Fue originalmente para orquesta de cuerda, pero esta música de carácter pide a gritos un color orquestal más amplio, de ahí los diversos arreglos para orquestas y bandas a lo largo de los años. Este oso es un poco "gruñón" y ciertamente no tan travieso, excepto quizás al final de esta pieza, donde finalmente se pone a retozar, ¡concluyendo con una deliciosa frambuesa en si bemol!
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