Jean Hélion - La tienda de los maniquíes - 1951 (Galerie Daniel Malingue, París) |
Pintura
Hélion presenta, a las puertas de una tienda un tanto anticuada, un paraguas abandonado, una grieta en la acera y un montoncito de basura ante la entrada que señalan el camino a una incitante puerta abierta que conduce a una misteriosa obscuridad. No podemos ver lo que se vende en la tienda, pero a juzgar por el escaparate, se trata de un lugar en el que suceden cosas mágicas. Sobre el tradicional maniquí comercial sin cabeza de la izquierda cuelga una chaqueta amplia y nueva, mientras que la chaqueta de la derecha muestra como sienta cuando está rellena con un cuerpo masculino y está complementada con una camisa blanca y una pajarita.
Música
El personaje del ambiguo príncipe Orlofsky en Die Fledermaus (El murciélago) (estrenado El 5 de abril de 1874 en el Theater an der Wien) es en lo dramático un papel masculino interpretado por una mujer, en lo psicológico una mezcla de hombre corrido y púber, y en lo social un fanfarrón que hace alarde de dinero y lujo, pues busca con empeño corresponder a la imagen esplendorosa que el burgués se hace del libertino feudal. Su canción de entrada delata que su magnificencia es ficticia.
ACTO II
El burlado Falke, no ha olvidado el papelón y se presenta en la casa de Eisenstein dispuesto a cobrar su desquite. Allí se las arregla para conseguir que Adele, la sirvienta, y el propio Eisenstein acudan por separado a la fiesta que esa noche organiza el príncipe Orlofsky. Llega Eisenstein, bajo el disfraz de Marqués, quien está expectante por ver a las bellas jovencitas, y con poco interés saluda al príncipe. A Falke se le ocurre también hacer venir a Rosalinde, por lo que escribe una nota y se la da a un sirviente. Orlofsky invita a Eisenstein a beber y le informa de sus especiales características nacionales (Ich lade gern mir Gäste ein, man lebt bei mir recht fein... - Yo agasajo gustoso a mis invitados, conmigo se goza de la vida...)
El burlado Falke, no ha olvidado el papelón y se presenta en la casa de Eisenstein dispuesto a cobrar su desquite. Allí se las arregla para conseguir que Adele, la sirvienta, y el propio Eisenstein acudan por separado a la fiesta que esa noche organiza el príncipe Orlofsky. Llega Eisenstein, bajo el disfraz de Marqués, quien está expectante por ver a las bellas jovencitas, y con poco interés saluda al príncipe. A Falke se le ocurre también hacer venir a Rosalinde, por lo que escribe una nota y se la da a un sirviente. Orlofsky invita a Eisenstein a beber y le informa de sus especiales características nacionales (Ich lade gern mir Gäste ein, man lebt bei mir recht fein... - Yo agasajo gustoso a mis invitados, conmigo se goza de la vida...)
Johann Strauss II - Nº7. Cuplé. Ich lade gern mir Gäste ein... - Die Fledermaus
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