viernes, 15 de diciembre de 2023

EL MURCIÉLAGO - Criadas y señoras -Año XIV. Nº 817

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Jean-Auguste Dominique Ingres - Comtesse d'Haussonville - 1845
Jean-Auguste Dominique Ingres - Comtesse d'Haussonville - 1845  (Frick collection, Nueva York)

Pintura

Una modelo que no presentó dificultad a Ingres para captar su belleza fue la condesa de Haussonville, cuyo aspecto recatado esconde a una liberal declarada, escritora e intelectual de renombre. La suntuosidad de las texturas, como los pliegues del vestido de seda y el brillo de la cinta del pelo, es típica de la pintura del artista.

Música

La curva de tensión de los tres números de solo de Adele en Die Fledermaus (El murciélago) (estrenado El 5 de abril de 1874 en el Theater an der Wien) muestra hasta donde conduce la permutación de roles que da el sentido a la obra. Cada vez se aparta más del desgaste de la rutina y de la estrecha candidez. En el primer acto exterioriza el deseo irreal de libertad, de llegar convertirse en una gran señora. En el palacio de Orlofsky, como Olga, ya se ha metido en el papel de actriz del mundo que mira de reojo a dos destinatarios a la vez, tanto al estupefacto Eisenstein como al círculo de oyentes que se unen complacidos a su burla.

ACTO II
Eisenstein reconoce a Adele entre los invitados y viceversa. Falke los presenta y Eisenstein le pregunta si siempre ha sido la señorita Olga, pues tiene un parecido con su sirvienta. Adele se ofende y Orlofsky llama a los invitados para que vean la confusión que ha armado Eisenstein. Los invitados hacen notar lo grosero que fue "el Marqués" al confundirla con su sirvienta y Adela le pide más perspicacia al contemplarla, ya que su figura ni sus ademanes jamás los encontraría en una criada. Su equivocación sólo da cuenta de que no puede sacar a su sirvienta de su mente y la ve en todas partes (Mein Herr Marquis, ein Mann wie Sie sollt' besser das verstehen! – Querido señor marqués, ¡un hombre como vos debería tener más perspicacia!). Eisenstein se disculpa y Adela lo perdona sólo con la condición de no volverla a confundir con su sirvienta.


Johann Strauss II - Nº8. Cuplé. Mein Herr Marquis... - Die Fledermaus

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