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| Andrea del Sarto - Retrato de mujer - c. 1514 (El Prado, Madrid) |
Pintura
Retrato de mujer anónima de medio cuerpo que tradicionalmente se ha venido identificando con la esposa de del Sarto, Lucrecia del Fede, con quien se casó en 1518. Aunque no existen argumentos concluyentes al respecto, esta interpretación ha servido para que algunos estudiosos fechen la obra inmediatamente posterior a la celebración del matrimonio.
Música
Diez años después del estreno, en 1842, de la Beliebte Annen-Polka, Op. 137, de su padre, Johann Strauss II también escribió su Annen-Polka, Op. 117. Esto en sí mismo no fue nada especial: el "festival de Ana", que se celebraba el 26 de Julio, era el festival de verano más popular de la vida vienesa, y no hubo compositor de la metrópoli del Danubio, que no escribiera para este día una obra dedicatoria. Es irónico que una obra tan delicada como ésta recibiera su estreno en el jardín de un establecimiento en el Prater de Viena llamado “Zum Wilden Mann” (“El hombre salvaje”)
Un reportero de prensa comentó: "Johann Strauss ha entregado un regalo precioso a todas las Annas, Ninas, Nanys, Nettchens etc, etc, con su última polka, que ha titulado 'Annen Polka' en su honor. Gustó tanto, por sus encantadoras, melodiosas y seductoras danzas, que una y otra vez se exigió que se repitiera". Es también una composición mágica. Cuando Johannes Brahms más tarde comentara, que a menudo el tratamiento orquestal de su amigo Johann Strauss le recordaba a Mozart, pensaba probablemente en la "Annen-Polka".
Johann Strauss II - Annen-Polka, op. 117
Johann Strauss I - Beliebte Annen-Polka op. 137
¿Sabías que estas obras reciben el nombre de Ana en honor a la celebración del día de Santa Ana, el 26 de julio, una de las más importantes festividades del calendario vienés? Con ocasión de la fiesta de la emperatriz de 1842 -que se llamaba Maria Anna- Strauss I aprovechó la oportunidad para programar una nueva obra suya; en este caso se trataba de una polca, la primera de las dos piezas que salieron de su pluma. No es de extrañar que el título fuera Anna Polka, lo que tenía la ventaja comercial de que podía considerarse que era en honor no sólo de la propia emperatriz, sino también de todas las demás portadoras del nombre "Anna".
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