José de Ribera - San Pedro penitente - 1626-32 (The Art Institute, Chicago) |
Pintura
Ribera nos presenta a San Pedro, después de haber negado a Cristo por tres veces. Con la mirada elevada al cielo, con gesto de piadosa oración y actitud de profundo recogimiento, el Apóstol implora perdón por su pecado. San Pedro aparece como un hombre ya maduro acompañado por su atributo por excelencia: las llaves, símbolo del poder que le fue concedido por el propio Jesucristo.
Música
Juan Sebastián Bach compuso dos Pasiones que constituyen la culminación de su obra religiosa: la Pasión según San Juan de 1723 y la Pasión según San Mateo BWV 244, estrenada en Leipzig en 1727. En ellas el texto es narrado en recitativos por el evangelista; el coro, unas veces participa de la acción y otras (como los coros de la tragedia griega) es un espectador que reflexiona y comenta. En cuanto a los solistas, interpretan los diferentes papeles protagonistas. La primera, de proporciones más modestas, se ciñe con rigor al texto, mientras que la segunda se detiene más en la reflexión y el comentario de los acontecimientos narrados.
El efecto monumental se acrecienta aún más por la propia disposición de la obra: doble coro y doble orquesta, además de los solistas, y un tercer coro de sopranos en el primero y último número de la primera parte. Bach repartió la dificultad de su música entre sus tres coros: asigna a lo que él llama Coro I la música más difícil y más importante; el Coro II, que estaba formado por aficionados, se ve menos puesto a prueba.
Johann Sebastian Bach - Nº 47 Aria Erbarme dich, men Gott - Pasion según San Mateo
La Pasión, en su utilización en la liturgia, era cantada por tres sacerdotes que representaban, respectivamente, las palabras de Cristo, la historia del Evangelio y los demás personajes que intervenían en la narración.
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