Mariano Fortuny y Marsal –Gitana – 1870-72 (Museo Fortuny, Venecia) |
Los gitanos que habitaban el antiguo barrio árabe del Albaicín serán los modelos favoritos de Mariano Fortuny y Marsal durante su estancia granadina, como observamos en este lienzo protagonizado por una bella gitana de rasgos orientalizantes. La figura aparece de busto, cubriendo sus senos y brazos con una tela sobrepuesta, dejando caer su larga cabellera negra por los hombros y la espalda; un collar rojo y unos grandes pendientes son los adornos que porta la joven, cuyo rostro queda en semipenumbra, bañado por un potente foco de luz que realza su piel oscura. El dibujo que moldea la figura deja paso a una pincelada rápida que no atiende a detalles, especialmente en la tela o el cabello, recortándose la joven ante un fondo neutro de tonalidad clara que contrasta con el cabello y la piel.
Fritz Kreisler compuso La Gitana en 1917, una obra para violín y piano basada en una canción gitana española de origen árabe del siglo XVIII.
F. Kreisler reconoció con alegría, en un artículo de una revista, que había nacido bajo la influencia de una estrella de la suerte. Entre los muchos dones de este genial violinista se encontraba la habilidad de componer piezas encantadoras y hacer deliciosos arreglos de melodías de otros compositores. Y nadie interpretó tales piezas tan fácilmente, con tanto estilo y maestría como lo hizo él. Kreisler fue un extraordinario virtuoso del violín, dotado con una facilidad natural para tocar el violín, que hacía que no necesitara practicar o ensayar tanto como la mayoría de sus colegas. Parte de la calidad de Kreisler como violinista residía en sus manos. La violinista australiana Daisy Kennedy, contemporánea del concertista austriaco, llegó a decir “tiene unas yemas tan suaves en sus dedos que lo hacen único”.
Fritz Kreisler - La gitana
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