Francisco de Goya - El juego de pelota a pala - 1779 (El Prado, Madrid) |
Pintura
Goya subrayaba en la factura de entrega del cartón a la Fábrica de Tapices de Santa Bárbara el número elevado de figuras que había incluido, las tres parejas de jugadores, cada uno ocupando su posición exacta en el juego, como delantero, central y zaguero, y a veinticinco figuras más, de hombres de todas las edades mirando el juego en grupos variados y en distintas actitudes. De origen francés, los juegos de pelota se extendieron por España, teniendo gran éxito sobre todo en el País Vasco, donde ya entonces cada pueblo tenía su frontón. El artista representó aquí un momento concreto del juego, cuando la pelota, en el suelo, ha alcanzado la chaza, lugar donde se detiene la pelota antes de que llegue a la raya señalada para ganar, y adonde señala interesado uno de los asistentes.
Música
La Bruja es una zarzuela grande en tres actos con texto original de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza y música de Ruperto Chapí , estrenada el 10 de diciembre de 1887 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. En el segundo acto, una página musical de plena viveza y colorido es la partida de pelota.
ACTO II
Han pasado los años. De Leonardo, hombre joven y fuerte, gran cazador, no se han vuelto a tener noticias en el pueblo. Le dieron por muerto, le lloraron y casi le han olvidado ya. Rosalía, hermanastra de Leonardo, y Tomillo, mozo pastor y bonachón, se casaron. Tienen tres hijos preciosos, y la abuela Magdalena, madrastra de Leonardo, es feliz con sus nietecillos. El marido de Rosalía ha prosperado, dejó de ser pastor y ahora es dueño de un molino. La suegra le quiere y él es feliz en su matrimonio. Se están celebrando las fiestas del pueblo, donde no faltan los célebres partidos de pelota entre navarros y vizcaínos.
Han pasado los años. De Leonardo, hombre joven y fuerte, gran cazador, no se han vuelto a tener noticias en el pueblo. Le dieron por muerto, le lloraron y casi le han olvidado ya. Rosalía, hermanastra de Leonardo, y Tomillo, mozo pastor y bonachón, se casaron. Tienen tres hijos preciosos, y la abuela Magdalena, madrastra de Leonardo, es feliz con sus nietecillos. El marido de Rosalía ha prosperado, dejó de ser pastor y ahora es dueño de un molino. La suegra le quiere y él es feliz en su matrimonio. Se están celebrando las fiestas del pueblo, donde no faltan los célebres partidos de pelota entre navarros y vizcaínos.
Ruperto Chapí - No. 10 Coro de pelotaris - La bruja
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