lunes, 8 de noviembre de 2010

MISTERIOSA CHINA - ¿Quién conoce a los chinos? -Año I. Nº 35

2 comentarios
 
Hua Yan - Paisaje de otoño - 1729
Hua Yan - Paisaje de otoño - 1729  (Freer Gallery of Art)

Pintura

La pintura de paisajes constituye el género más “noble” de la pintura china clásica, a través de ella se transmiten las concepciones micro y macro cósmicas chinas del universo. No es un arte figurativo que se haya modelado después, sino el resultado del sentimiento experimentado por el pintor que, tras la contemplación del paisaje, lo plasma en la pintura. En el caso de la pintura de paisajes “montaña y agua”, la armonía de los elementos yin - yang, el juego de las condiciones atmosféricas, de los estratos geológicos, de las texturas informes en blanco y negro tienen, como fundamento, una apropiación expresionista de la naturaleza muy alejada de la mimesis o imitación exacta, como sucede con la estética occidental. La concepción confucionista del mundo se refleja, asimismo, en la pintura de paisajes en los que las figuras o las construcciones humanas aparecen de forma muy reducida, situadas en un marco cosmológico completo. Únicamente en las pinturas cuyo objeto central son los vegetales, los animales, o los seres humanos se introduce el color en la pintura.

Música

En 1827, Johann Strauss padre, que contaba con 23 años de edad, escribió una serie de valses y galops. Buscó la inspiración para estas piezas en todo aquello que pudo encontrar, en la música teatral y en las canciones populares de los alrededores de Viena. Lo exótico también atrajo su interés. Esto dio lugar al Chineser-Galoppe, Op.20 (Galop chino), a pesar de que probablemente nunca había visto un súbdito de aquel lejano país.

En Viena se podía estar familiarizado, hasta cierto punto, con las porcelanas chinas y la pintura, pero prácticamente nada se sabía de la música china. Strauss, por tanto, tomó como modelo para su galop la música por entonces conocida en Viena como Turca, tan sólo unos pocos compases, pero no por ello deja de recordar a la marcha Alla turca de Mozart. Esta pequeña pieza ganó popularidad inmediata. Los vieneses disfrutaban a fondo allí donde Strauss y Lanner, a cuya orquesta aún pertenecía, la interpretaban. La primera parte era siempre repetida y cuando el sonido se desvanecía, los bailarines y la audiencia del establecimiento Schwarzen Bock en Wieden, con su salón iluminado con linternas chinas, y más tarde del Zwey Tauben en Heumarkt, aplaudían hasta que Lanner, Strauss y su pequeña orquesta repetían el galop, continuando así hasta que los bailarines quedaban exhaustos. Strauss triunfó. Rápidamente se convirtió en el violinista favorito de música de danza y compositor de la capital. Cuando apareció la edición impresa del Galop chino, se agotó rápidamente. Ahora se escuchaba la música también en las casas de clase media y en los salones domésticos. Los estilos de baile cambiaron, pero el Galop chino nunca se olvidó.


Johann Strauss I - Chineser Galopp; op. 20

2 comentarios:

  1. No veo yo a los chinos "galopando", je,je

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A los chinos, no. Pero los vieneses eran muy aficionados. A tal punto, que tuvieron que prohibirlo por los muchos sofocos e incluso ataques al corazón que se producían. De ahí nació la polka rápida, con genio pero más pausada. Gracias por el comentario.

      Eliminar

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff