Peter Paul Rubens - Retablo de la Resurreccion - 1612 (Catedral de Amberes) |
Siguiendo el esquema típico flamenco, el retablo de Rubens no presenta una narración uniforme sino que cada una de las tablas muestra un asunto independiente. En la tabla central encontramos el asunto principal, la resurrección de Cristo a los tres días de su muerte. La figura de Jesús se alza majestuosa y rodeada de un halo de luz mientras los soldados que custodiaban el sepulcro observan la escena, destacando sus gestos que van de la sorpresa al pánico. Los cuerpos de los soldados se presentan en forzadas posturas al tiempo que Cristo manifiesta serenidad y equilibrio, contraste simbólico muy admirado en el Barroco. El juego de luces y sombras presenta cierta dependencia de Caravaggio mientras que la potente musculatura de los diferentes personajes está inspirada en la estatuaria clásica y Miguel Angel.
Un joven tenor, que había cantado el papel de Jesús en una representación de la Pasión según San Mateo de J. S. Bach el 27 de marzo de 1831, compondría, un año más tarde, una singular obra que mostró el talento del que se convertiría, con el devenir del tiempo, en el creador de la ópera cómica romántica y fundador de la que es hoy la Orquesta Filarmónica de Viena. Otto Nicolai escribió, a la edad de 22 años, su Te Deum. Un funcionario, amante de la música, reconociendo el talento del joven compositor, le había enviado a Berlín en 1827. Allí se convirtió en pupilo de Carl Friedrich Zelter y estudió en el Real Instituto de Música Sacra desde 1828 a 1830. Su primera obra fue publicada en 1830 y, después de tres años y una serie de penurias, dejó Berlín para ocupar el puesto de organista de la Capilla de la Legación de Prusia en Roma.
Te Deum (en latín: ‘A ti, Dios’, primeras palabras del cántico) es uno de los primeros himnos cristianos, tradicional de acción de gracias. Se suele denominar también como Himno ambrosiano, pues se atribuye a san Ambrosio de Milán (340-397), aunque una leyenda indica que lo compuso en común con san Agustín de Hipona (354-430). Cuando, en el año 387, san Agustín recibió el sacramento del bautismo de manos de san Ambrosio, sigue diciendo la leyenda, Ambrosio entonó este himno y Agustín iba respondiendo a sus versos.
“Tu rex gloriae, Christe. Tu Patris sempiternus es Filius. Tu, ad liberandum suscepturus hominem, non horruisti Virginis uterum”
“Tu rex gloriae, Christe. Tu Patris sempiternus es Filius. Tu, ad liberandum suscepturus hominem, non horruisti Virginis uterum”
Otto Nicolai - Tu Rex gloriae - TE DEUM