Reseñas biográficas de músicos (T - Z)

 
Th. Tallis (1505-1585), compositor y organista inglés. Su producción incluye sobre todo música vocal destinada a los oficios divinos, tanto protestantes como católicos. En inglés y latín, respectivamente, veinte anthems y nueve salmos conforman el núcleo del primero, mientras que el segundo, caracterizado por el uso de un elaborado y complejo contrapunto, halla su más lograda expresión en sus tres misas y cincuenta y dos motetes. Compuso también cierto número de obras para teclado.

F. Tárrega (1852-1909), compositor y guitarrista español, se le considera el creador de los fundamentos de la técnica de la guitarra clásica del siglo XX y del interés creciente por la guitarra como instrumento de recital.

P.I. Tchaikovsky (1840-1893), compositor a quien un trágico destino marcó su vida y su obra. En sus páginas para piano, en sus canciones, se refleja un espíritu delicado. Sus ballets elevan el nivel musical del arte coreográfico ruso. Sus grandes obras para violín o para piano solo pueden ser abordadas por verdaderos virtuosos. Pero es en sus seis sinfonías donde se nos muestra más grande y perdurable.

G. Torelli (1678-1741), compositor, violinista y maestro de música italiano del Barroco. Era hermano del pintor Felice Torelli y recordado especialmente por su contribución al desarrollo del concerto grosso y por su música para instrumentos de arco y trompeta.

P. Tosti (1846-1916), compositor italiano, nacionalizado posteriormente británico, compuso más de quinientas canciones para solista y piano.

J. Valverde (1846-1910),  compositor español, su relación con Federico Chueca fructificaría en una larga lista de obras conjuntas. Entre ambos ayudarían a relanzar el género chico.

R. Vaughan Williams (1872-1958), compositor británico. Su música suele describirse como típicamente inglesa y muestra una considerable fascinación por las melodías populares e himnos religiosos. Logró desarrollar un lenguaje personal (sobre todo armónico), que se refleja en todas sus obras aunque en mayor medida en su extensa producción vocal y coral.

G. Verdi (1813-1901), compositor italiano, cuyo sentido dramático para el teatro musical quizá no ha tenido igual en la historia. Supo dar sentido a su pueblo y se empeñó en una labor escénica de una riqueza extraordinaria.

J. Vert (1890-1931), compositor de zarzuelas español. Su producción en común con Reveriano Soutullo fue numerosa -31 zarzuelas- y constituye la última gran asociación de autores de la historia del género.

T.L.de Victoria (1548–1611), compositor y organista español. Su música traspasa las fronteras del Renacimiento polifónico, su equilibrio y pureza, para anunciar ya la expresividad barroca. Se entregó sólo a lo religioso y basó sus temas en el gregoriano. Su misticismo se corresponde en música al de Santa Teresa y San Juan de la Cruz en literatura.

H. Villa-Lobos (1887–1956),  director de orquesta y compositor brasileño, persiguió una identidad propia para la música clásica de Brasil y logró encontrarla, basándose sobre todo en el folclore y en la música popular brasileña, elaborando sus elementos para presentar esta música en forma y categoría de música de concierto.

A. Vivaldi (1678-1741), compositor veneciano, se nos presenta como la máxima personalidad del barroco italiano. Mucho más conocido por sus contemporáneos como "il prete rosso" -el cura pelirrojo-, era virtuoso violinista y maestro de música en uno de los asilos de huérfanas de Venecia, donde formaba musicalmente a las muchachas hasta el extremo de poder interpretar con ellas las obras más difíciles. Los viajeros de la época hablan maravillas de esa orquesta y coro femenino.

A. Vives (1871-1932), compositor español, autor de canciones y de más de un centenar de obras escénicas entre óperas, operetas y zarzuelas, que destacó especialmente por estas últimas. Persona de gran cultura, también dejó una estimable obra literaria.

R. Wagner (1813-1883), compositor alemán, que al hacer la revolución en el teatro musical, la hizo también en lo sinfónico, con prolongada influencia sobre muchos de sus sucesores. Pensador y poeta, consideró la música como algo al servicio de un arte superior. Rebelde ante el poder constituido, desterrado, luchador ante la adversidad y luchador también en pleno triunfo, fue un hombre inquieto y artista empeñado en los más altos destinos.

E. Waldteufel (1837-1915), compositor francés tanto de música popular como de numerosas obras para piano, tales como valses y polkas.

W. Walton (1902-1983), compositor y director de orquesta británico. Su estilo estuvo muy influido por Stravinski, Sibelius y el jazz y se caracteriza por una gran vitalidad rítmica, una agridulce armonía y una sabia conjunción de melodía romántica y brillante orquestación. Es recordado por sus obras orquestales, su música coral y ceremonial y por sus excelentes bandas sonoras.

C. M. von Weber (1786-1826), triunfó en vida y fue popular y admirado en Alemania e Inglaterra. Fue pianista y, sobre todo, director de orquesta, arte que contribuyó a definir y encauzar. Pero se le considera sobre todo como creador de un teatro musical alemán que había de constituir un capítulo del romanticismo, hasta Wagner y aún después.

Ch.-M. Widor (1844-1937), compositor y organista francés célebre particularmente por sus diez sinfonías para órgano.

J. Williams (1932-), compositor y director de orquesta estadounidense. Tiene una amplia variedad de composiciones que abarcan bandas sonoras, conciertos, temas para televisión y obras festivas, entre otras. También ha hecho arreglos para varias grabaciones y conciertos.

H. Wolf (1860-1903), compositor austriaco, su vida inquieta y atormentada refleja la agitación espiritual del último romanticismo, al cual se adhirió con pasión. Pocos compositores demostraron una sensibilidad tan aguda para la poesía. Wolf era un poeta que pensaba con referencia a la música.

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