Alonso Cano - La Virgen con el Niño (La Virgen del Lucero) - 1638-48 (El Prado, Madrid) |
La escena representada por Cano, que se desarrolla en un paisaje junto a un arroyo, quizá se relacione con el episodio bíblico del descanso en la huida a Egipto. La belleza y delicadeza de la composición, el lirismo que le presta su ambientación al aire libre, y la dulzura de sus protagonistas son características que hicieron muy apreciada esta obra, hasta el punto de que se reconocen varias obras similares autógrafas.
Entre las numerosas obras vocales que compuso Max Reger se encuentran las 60 canciones que compuso entre 1903 y 1912 bajo el título genérico de Schlichte Weisen (melodías simples), en respuesta a la acusación de que hacía una música fea y demasiado compleja. En ellas aborda un tono intimista y melódico, muy alejado de la pretenciosa ampulosidad de la mayor parte de sus trabajos. La inmensa mayoría de esas canciones han caído en
el olvido, pero una de ellas ha continuado interpretándose de forma bastante habitual, especialmente en recitales navideños. Se trata de la delicada María Weigenlied op. 76 Nº 52 (Canción de Cuna de María), compuesta sobre un texto de Martin Boelitz.
Una melodía aparentemente sencilla, moviéndose casi siempre en pianos y pianísimos, parece mecernos suavemente, como lo hace, en la canción, María a su hijo o la cálida brisa del verano a las hojas de los árboles. A sus pies canta un pájaro multicolor: ¡Duerme, dulce Niño, duérmete ya! Encantadora es tu sonrisa. Y más encantador el placer de tu sueño. ¡Apoya tu fatigada cabecita firme contra el pecho de tu Madre! ¡Duerme, dulce Niño, duérmete ya!
Max Reger - Maria Wiegenlied op. 76 No. 52
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