Francisco de Zurbarán - Naturaleza muerta con limones, naranjas y una rosa - 1633 (Museo Norton Simon, Pasadena) |
Pintura
Para los devotos católicos españoles del siglo XVII, los objetos aparentemente humildes que aquí se retrataron contenían significados religiosos significativos. La ubicación medida de los tres motivos, por ejemplo, se habría entendido instantáneamente como una alusión a la Santísima Trinidad. La pintura también ha sido interpretada como un homenaje a la Virgen, con las naranjas, sus flores y la copa de agua que simboliza su pureza, y la rosa sin espinas que se refiere a su Inmaculada Concepción. Zurbarán describió el carácter físico de los objetos y el espacio en el que habitan, con un enfoque y habilidad incomparables. Al modelar los limones amarillos de piel áspera con toques de verde y rojizo, sugiere la protuberancia y el peso de la fruta. La disposición de las hojas de la naranja crea un ritmo de luz y sombra, que se repite en las superficies reflectantes de las placas de peltre. Presentado como una pieza tranquila y meditativa dentro de un espacio poco profundo y mínimamente descrito, esta naturaleza muerta evoca una intensidad mística que trasciende el tiempo en su atractivo.
Música
El amor de las tres naranjas es una ópera en un prólogo, cuatro actos y diez cuadros, con música del compositor ruso Sergéi Prokófiev y libreto del propio compositor y de Vera Janacopoulos, basada en la pieza homónima para la comedia del arte Fiaba dell’amore delle tre melarance del noble y escritor veneciano Carlo Gozzi, quien a su vez basó su obra en un antiguo cuento oriental. Fue compuesta en 1919 y estrenada en la Ópera de Chicago el 30 de diciembre de 1921 con gran éxito. La “marcha” musical acompaña a Truffaldino, el bufón de la corte, que conduce al príncipe a las diversiones preparadas para que se ría, aunque sea un vano intento.
La historia trata de un joven príncipe, el cual, maldecido por la bruja Fata Morgana, se enamorará de tres naranjas y las buscará desesperadamente por todas partes. Sólo recibe un consejo: cuando las encuentre, debe abrirlas cerca de una fuente. Lo que el príncipe no sabe es que las inmensas naranjas contienen una princesa cada una en su interior y que, si no les da de beber inmediatamente después de sacarlas de la naranja, morirán.
Sergéi Prokófiev - Marcha - El amor de las tres naranjas